viernes, 15 de octubre de 2010

INCOMPLETOS

Somos gente incompleta. Todos, cada uno de nosotros. Incompletos a la hora de vivir, sin más. A la hora de ser consecuentes con lo que un día dijimos que seríamos o que haríamos. Vamos dejando trozos de nuestro ser por cada esquina, olvidándolos, abandonándolos, dándoles la espalda. Lo que un día dijimos que nunca haríamos explota ante nuestras asombradas caras. Y dentro de nosotros aborrecemos en silencio actos que escondemos dentro de una caja.
Esos actos pueden ser personales, sentimentales, laborales, familiares, pueden ser frases, acciones, traiciones, pensamientos. Incompletos porque de tanto hacia fuera, la nada por dentro.

Una mujer ha muerto con un cuchillo clavado dentro de sus entrañas y a esa persona seguramente le dijo días atrás 'Te quiero'. Incompletos.

Un hombre vive en una casa de chapas con sus recuerdos de joven fotógrafo y sus decenas de gatos. Tiembla al pensar qué será de él y de los setenta años que arrasta mientras espera que las administraciones sepan dónde depositar su deteriorada vida que tanto estorba. Incompletos.

Una tenaz opositora se toca la rodilla lesionada por correr en una pista de atletismo en malas condiciones. Recuerda el día en que otros como ella reunidos ante quien tiene potestad pidieron, encarecidamente, que se hicieran las cosas bien, sin éxito. Hoy llora por no poder presentarse a la plaza por la que tanto ha luchado. Incompletos.

Un trabajador municipal mira a su hija que con tanto esfuerzo ha conseguido llevar adelante mientras cambia de canal. Piensa cuánta mierda tendrá que tragar al día siguiente y si será largo o corto el mitin mañanero de algunos sindicalistas que a espaldas de sus propios camaradas son peor que un mal empresario. Incompletos.

Un concejal llega a su casa tras doce horas de trabajo. Ni siquiera ha visto hoy a sus hijos, y ayer apenas una hora mientras les daba la cena. Mientras se quita los zapatos el desengaño le aplasta. Cuatro horas de sesión plenaria para oir sólo cómo nos abofeteamos la cara. Entre ellos y nosotros, entre nosotros y nosotros, entre nosotros y ellos. Incompletos.

"Hemos hecho ciudad", me daba titular Pedro Castro, "ahora sólo falta hacer ciudadanos", debí de dejarle a medias con la frase no escuché que esos ciudadanos estarían incompletos.